Castro das Travesas

Historia

Los momentos iniciales del castro

Los restos arqueológicos sitúan el inicio del castro, entorno al siglo IV a.C., aunque que existe algún material que sugiere fechas más antiguas.

El segundo momento

En este momento inicial las edificaciones fueron construidas con el sistema de paja-barro (barrotillo): postes de madera clavados en hoyos Los muros fueron realizados con un entrenzado vegetal y recubiertas por barro. Este tipo de edificación aparece en la croa (recinto central), en el antecastro y en una gran plataforma lateral, por lo cual consideramos que en los inicios el castro debió tener una superficie mayor que 3.5 hectáreas.

Entorno a los siglos III-II a.C. se producen reformas de ampliación en el castro. En la zona del acceso al antecastro se produce el rellenado del antiguo foso para evitar su inundación y riesgo de caída de la muralla.

No solo se trató de una obra práctica, sino que estuvo dotada de gran simbolismo. Bajo 2 metros de escombro fueron enterrados nuevos objetos de gran valor muy bien conservados. Estos, fueron colocados intencionadamente a modo de depósito votivo.
Para señalar el lugar fue dispuesto un “muro estela” también enterrado.

La época romana

Hay considerar que el emperador Augusto finaliza la conquista de Hispania a principios del siglo I d.C. La vida en el castro continúa en época romana, ligada a la posición estratégica en las vías de comunicación. Se introducen nuevos materiales y nuevas técnicas constructivas que se asimilan con normalidad, de tal manera que cuando se rompen o se gastan se tiran a la basura, como cualquier otro objeto común. La larga perduración de la época romana está ampliamente documentada por medio de materiales de construcción, cerámicas de lujo y un pequeño tesoro compuesto por más de 150 monedas de los siglos II al V (d.C), entre los cuales
apareció una sortija.

Características

El emplazamiento

El Castro de las Travesas es muy interesante por su buen estado de conservación (muy completo), por sus grandes dimensiones y su complejidad (tiene muchos recintos).

El castro es un asentamiento fortificado que ocupa una superficie entre 6 a 12 ha. Está emplazado sobre una llanura, en una zona de contacto entre dos áreas geográficas: las llanuras altas (montaña) y comarcas costeras. El castro busca tan sólo la ventaja defensiva de la pequeña pendiente del valle del río Abelleira en el sector Oeste. Por sus dimensiones y morfología, tenemos que considerarlo como una oppida o pequeña ciudad (algo más que un poblado).

La presencia de este destacable yacimiento está claramente relacionada con el contexto viario. As Travesas fue de antiguo una importante encrucijada: confluían los trayectos desde As Mariñas y A Coruña para el interior. Por las cercanías pasaba la vía romana XX (Per Loca Marítima).

En 2011, pudimos constatar la existencia de una calzada de clara factura romana, a un lado del Camino Inglés (de Santiago), que constituye un desvío desde la Vía XX para el castro de As Travesas.

La estructuración del castro

El castro consta de un recinto principal o croa rodeado por otros recintos. Cada uno de estos espacios está configurado por sistema defensivo que consta de muralla y foso.

Las murallas pueden alcanzar 3 y 4 metros de altura y los fosos fueron excavados en la roca, pudiendo tener 2 y 3 metros de profundidad.

El acceso contó con tres entradas monumentales, de las que fueron parcialmente excavadas dos. Existe un camino o vía principal (sin excavar) que une las entradas con un trazado sinuoso.

La amplitud de algún foso pudo haber permitido su uso como corredor interno para acceder a las plataformas laterales. En tiempos recientes tuvieron esa utilidad. A pesar del castro estar emplazado en una llana, la entrada original estaba orientada a una ladera, quizá para mejorar la protección, dificultando el paso.

Excavaciones

  1. Primera excavación: En 2006 el Ayuntamiento de Carral inicia la limpieza del castro por el buen estado de conservación y la significativa relación con el Camino de Santiago. Inicialmente se consideraba una extensión de 3.5 hectáreas, la limpieza puso de manifiesto 6 ha. En la actualidad consideramos que puede alcanzar las 12 hectáreas. Estos inicios dieron grandes sorpresas, porque delante del recinto central (conocido como Eira dos Mouros) aparecía un antecastro de mayor tamaño que la croa.
    El nuevo recinto no era un refuerzo defensivo o un simples espacio anexo, sino un antecastro. Con la limpieza finalizada venimos la grande complejidad en recintos y dimensiones del castro.
    Las excavaciones arqueológicas se centraron en las entradas monumentales de la croa y del antecastro, un porcentaje muy pequeño de la superficie total del castro, pero que han aportado grandes resultados.
  2. Segunda excavación: En la campaña de 2007 se excavó parcialmente el encendido a la croa, se investigó en su interior y también en las plataformas laterales y el foso del antecastro. Se excavó una superficie global de 400 m², que desveló la complejidad del sistema de acceso, informó sobre la ocupación antigua de la casi totalidad del castro, y aportó materiales significativos.
  3. Tercera excavación: En la campaña de 2008 se excavó parcialmente el acceso al antecastro y un sector del foso anexo. La intervención se desarrolló sobre una superficie de 580 m² que permitió verificar el comportamiento de esta zona, aportando relevantes datos cronológicos e interesantísimos materiales.